Mi práctica artística aborda temas como la imagen misógina que se tiene de las mujeres en los medios de comunicación, y la arraigada violencia de género que prevalece en la sociedad mexicana, derivada de estas representaciones. El resultado más extremo de esta violencia es el feminicidio, el cual se define como el asesinato de mujeres solo por el hecho de serlo. El término abarca el desequilibrio de las estructuras de poder con relación al género, y la corrupción y negligencia de las autoridades que atienden estos asesinatos, los cuales se reflejan en las miles de mujeres y niñas asesinadas cada año. Esta actitud indiferente afecta profundamente la forma en que las familias afectadas procesan el luto y como se visibiliza a las victimas; en la mayoría de los casos esto obstaculiza la posibilidad de superar la tragedia adecuadamente. Es en esta interrupción de los procesos de duelo en lo que se enfoca actualmente mi obra.

El objetivo de mi trabajo es invitar a la comunidad a participar en rituales o procesos de duelo a través de una práctica artística, donde se fomenta la colaboración comunitaria y el apoyo a las personas en duelo. Considero que el proceso de luto es una experiencia única pero compartida, especialmente cuando el feminicidio está presente en todo el mundo, por lo que me parece importante visibilizar esta problemática a través de una experiencia estética para, a su vez, fomentar nuevas formas de crear comunidades de apoyo y comprensión intercultural.